Si hablamos de aditivos nos encontramos con:
- Los colorantes que pueden ser naturales o químicos. Estos últimos son peligrosos.
- Los conservantes que combaten la oxidación de los alimentos por el contacto con el aire. Cada persona consume anualmente entre 20-30kg de conservantes.
ALGUNOS EJEMPLOS DE ADITIVOS A EVITAR:
- E-320 y E-321: Actúan como antioxidantes. Se encuentran en cereales, chicles, patatas fritas, algunos aceites vegetales…evitan que las grasas y los aceites se enrancien. La posibilidad de que sean cancerígenos es preocupante. Su estructura cambia el proceso de conservación del alimento y puede formar un compuesto que reacciona en el cuerpo; no están simplemente sueltos en el cuerpo y por supuesto no son excretados fácilmente.
- Nitrito de sodio (E-250): Se agrega al jamón, embutidos, pescado ahumado, carne en conserva para estabilizar el color rojo y potenciar el sabor. Este conservante impide el desarrollo de bacterias. Su consumo está relacionado con diversos tipos de cáncer.
Como decía la Dra. Chrsitine Gerbstadt: “En condiciones de cocción a elevadas temperaturas se transforma en un compuesto reactivo que favorece el desarrollo del cáncer. ”
- Propilgalato (E-310): Se usa para impedir que las grasas y los aceites se echen a perder (en la carne, en bases de sopa de pollo…). Estudios en animales han indicado que podría haber relación entre su uso y el cáncer.
- Glutamato monosódico (E-621): aminoácido que se usa para realzar el sabor (sushi, bolsas de patatas tipo snacks, patatas fritas, congelados…) Puede ocasionar dolor de cabeza, náuseas, también te hace comer más como si fuera adictivo.
- Aspartamo (E-951): edulcorante. Se convierte en formaldehido y se acumula en las células de grasa del cuerpo y como resultado sale afectada la función del hígado. El aspartamo se descubrió en la Guerra de Vietnam; lo querían usar como una arma química (en dosis elevadas), pero no lo llegaron a usar. Vieron que en dosis pequeñas tenía un poder edulcorante 400 veces más que la sacarosa.
¿Qué soluciones hay ante esta avalancha de tóxicos en la alimentación?
GUÍA PARA COMBATIR LOS TÓXICOS EN LA ALIMENTACIÓN:
- Disminuir la ingesta de alimentos de origen animal (porque los tóxicos se absorben en la grasa, son lipófilos).
- Disminuir la ingesta de pescados grasos y de elevado tamaño porque tendrán más metales pesados (mejor no consumir emperador, atún, mero, salmón…).
- Consumir vegetales ECOLÓGICOS.
- ¡Ojo con el agua embotellada! Consumir AGUA BUENA, filtrada.
- CURAS DEPURATIVAS:¡Limpieza vital y quelación de xenobióticos! Recomendable dos veces al año, en primavera y otoño.
En agosto os hablaremos de cómo hacer una limpieza vital, ¡esperamos vuestra visita!